El Daño Cerebral Adquirido
¿Qué es el DCA?
El DCA hace referencia a “cualquier lesión adquirida sobre un cerebro previamente desarrollado, con independencia del origen causal: traumático, vascular, tumoral, infeccioso, anóxico, etc.”
Como consecuencia de estas etiologías nos encontramos ante un perfil de usuario que, mayoritariamente, presenta una pluridiscapacidad en el plano cognitivo, el control motor, la comunicación, el nivel de alerta…, que origina una disminución de la autonomía personal, cuando no pérdida total, y una modificación significativa en las relaciones sociales y familiares, pudiendo llegar, en la mayoría de los casos a la pérdida del empleo y la dificultad para realizar las actividades de la vida diaria.
Como consecuencia de estas lesiones podemos encontrarnos con la pérdida de conciencia o «coma». La causa, gravedad y sitio donde se produjo el daño neurológico marcarán el desarrollo de este estado.
El considerable número de accidentes de tráfico, el estrés laboral, el abuso de drogas, llevar una vida sedentaria unida al consumo de tabaco y/o alcohol junto a una mala alimentación…, son las causas principales que originan un TCE o un ACV.
¿Cuáles son las causas?
Consiste en la lesión del cerebro por un trauma o golpe en el mismo. Las causas más frecuentes son accidentes de tráfico accidentes laborales, práctica deportiva, violencia y caídas de diferente índole.
Puede ser focal -limitado a una sola área del cerebro- o involucrar a más de un área del cerebro. El traumatismo cerebral puede resultar de una “lesión cerrada de cabeza” o una “lesión penetrante de la cabeza.” Una lesión cerrada ocurre cuando la cabeza se golpea fuerte y repentinamente contra un objeto pero el objeto no penetra en el cráneo. Una lesión penetrante ocurre cuando un objeto perfora el cráneo y penetra en el tejido cerebral.
Ocurre cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe repentinamente o cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe, derramando sangre en los espacios que rodean a las células cerebrales.
Hay dos formas de accidente cerebrovascular: el accidente cerebrovascular isquémico, cuando hay un bloqueo de un vaso sanguíneo que suministra sangre al cerebro, y el accidente cerebrovascular hemorrágico, cuando ocurre un sangrado en el cerebro y alrededor del mismo.
Es, por tanto, cualquier trastorno de la circulación cerebral, generalmente de comienzo brusco, que puede ser consecuencia de la interrupción de flujo sanguíneo a una parte del cerebro, ISQUEMIA, o a la rotura de una arteria o vena cerebral, HEMORRAGIA.
Ausencia o pobre oxigenación del cerebro por un intervalo de tiempo determinado, lo que provoca la muerte neuronal de parte del tejido cerebral. Cuanto mayor es el tiempo sin oxígeno, mayor es el daño causado.
Es, por tanto, la disminución en el suministro de oxígeno al cerebro a pesar de que hay un adecuado flujo sanguíneo. El ahogamiento, el estrangulamiento, un atragantamiento, la asfixia, paro cardíaco, un traumatismo cerebral, el envenenamiento por monóxido de carbono y las complicaciones de la anestesia general pueden crear condiciones que lleven a la hipoxia cerebral.
Tanto el propio tumor, como los diversos procedimientos orientados a su eliminación (cirugía, radiación) causan daños importantes en el tejido cerebral circundante.
Incluyen encefalitis de diversas etiologías, que pueden ser consecuencia de un proceso infeccioso, vírico, o de envenenamiento por sustancias tóxicas. Ejemplos de estas patologías son la encefalitis herpética, la meningo-encefalitis, la encefalomielitis, etc.
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